Entrevistamos a Leo Ongua, voluntario Cetelem en el programa «Tus finanzas, tu futuro» de la AEB
¿Cómo te decidiste a participar como voluntario en este proyecto?
Desde que supe sobre esta iniciativa me motivó la idea de “volver al instituto”. Pensé que podía ser muy enriquecedor para los chicos acercarse a la economía y las finanzas desde un punto de vista tan práctico… y yo quería estar ahí para echar una mano. ¡Aunque tengo que reconocer que estaba muy nervioso al principio!
¿Qué tal la experiencia con los chicos? ¿Alguna anécdota?
La experiencia ha sido genial. Ha superado todas mis expectativas en cuanto a grado de interés y participación de los alumnos. Una nota curiosa: uno de los alumnos, sentado en la parte de atrás de la clase, pidió al profesor poder ponerse en primera fila, ¡sí que había interés!
¿Qué ha sido lo mejor de haber participado de esta experiencia con ellos?
Como decía, el interés que han demostrado.
Después de la primera clase, ¿alguna lección aprendida como “profes” de cara a la segunda?
La importancia de controlar los tiempos. Nos dejamos llevar por el alto grado de participación de los alumnos, que interactuaron mucho con nosotros, y al final nos vimos un poco apurados de tiempo.
¿Cómo crees que tiene que ser el rol que adopte el sector bancario en relación a la educación financiera?
Creo que el sector bancario debe asumir un papel muy activo, siendo motor de propuestas y uno de los actores principales en el impulso de la educación financiera de la sociedad; con más razón después de la crisis que hemos vivido, en la que los ciudadanos han cogido miedo a productos bancarios y entidades financieras. Estos productos son herramientas muy útiles en la planificación del presupuesto de las familias, diría que necesarias, pero hay que saber usarlas.
¿Es la primera vez que participas en una iniciativa de voluntariado corporativo? ¿Qué habías hecho antes?
No, no es la primera vez. En otra ocasión tuve la oportunidad de compartir una mañana jugando a los bolos con chicos en riesgo de exclusión social y, en otra, de jugar al baloncesto con los chicos de “Baloncesto para todos”, la escuela de Down Madrid y la Fundación Estudiantes. Siempre que se da la opción me gusta participar en este tipo de acciones. Si se da que es una actividad en la que se puede interactuar directamente con otras personas, como es este caso, mucho mejor.