El futuro del crédito al consumo en España
Desde 2008 nos enfrentamos a una grave crisis económica, que ha aireado los desequilibrios acumulados a lo largo de todos estos años de bonanza y expansión. También ha supuesto un cambio radical del entorno a todos los niveles, afectando de manera directa al sector del consumo.
El sector financiero está viviendo un momento histórico, ya que está acometiendo una profunda reestructuración que en otros tiempos no muy lejanos se habría calificado como de locura o quimera. Esta transformación afecta, y seguirá afectando, a las variables dentro de las cuales se desarrolla nuestra actividad o se desarrollará en un futuro.
Uno de los principales límites que influye a nuestro contexto actual es el elevado endeudamiento de los hogares. Es preciso destacar que este incremento ha obedecido al aumento exponencial de la concesión de crédito hipotecario destinado a la adquisición de vivienda. El nivel de endeudamiento total de los hogares se encontraba cercano al 130% de su Renta Disponible Bruta a principios de la crisis. El crédito al consumo, en cifras, representaba el 12% del volumen total de la deuda viva de los hogares, lo cual suponía una cifra ligeramente inferior a media en otros países comunitarios, un 13%. Por tanto, en base a lo expuesto, el crédito al consumo ha tenido y tiene un impacto muy limitado en cuanto al elevado endeudamiento de las familias.
Con independencia de lo anterior, el elevado nivel de endeudamiento de los hogares, las altas tasas de paro y la falta de confianza de los mercados de capitales en la economía, que al final contribuyen a provocar alzas en la presión fiscal que sufrimos todos los contribuyentes, constituyen a día de hoy la principal limitación al desarrollo de nuestra actividad y, por tanto, de la recuperación del mercado del crédito al consumo en España.
Otro factor clave de futuro es la importancia que las propias entidades y los Reguladores conceden a la gestión activa del riesgo, priorizando en mayor medida la alta certeza y viabilidad de las operaciones que las estrategias basadas en volumen. Esto queda reflejado en una mayor exigencia en las políticas y criterios de concesión, basados cada vez más en condiciones crediticias más individualizadas. Por tanto, éstas deben focalizarse en el conocimiento e identificación de los procesos de negocio y sus riesgos, la adecuación de los sistemas de información y la integración de todo lo anterior en los modelos de decisión.
En conclusión, la crisis ha provocado una reducción muy significativa del tamaño del nuestro mercado, que ha provocado incluso la desaparición de ciertas entidades. Este contexto no hay que verlo como una amenaza, sino más bien como una oportunidad. La viabilidad de la cuenta de resultados ya no se puede basar exclusivamente en incrementos de volumen, sino en las potenciales economías escala y ventajas competitivas que se puedan generar.
La innovación, la explotación de nuevos canales y productos, la gestión con el cliente y la gestión del riesgo, la reducción de riesgos operativos y el control interno, el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías… todos ellos son el ámbito de actuación del futuro. Creo que a todos o a casi todos se nos ocurre algún ejemplo relacionado con lo anterior.
Si esto es así, podremos decir que efectivamente Cetelem se ha sabido adaptar a este nuevo contexto y que seguimos la senda correcta. Y sobre el futuro, a seguir ganándolo día a día, con el mismo empeño y ambición.
¡Felicidades Cetelem por estos 25 años… y a por 25 más!
Julio Tudela
Director de Finanzas de Cetelem